17/10/17

EN EL CUADRAGÉSIMO PRIMER MILENIO SOLO HAY GUERRA (III)

Tercera parte de la narración de Axier sobre el transcurso de la campaña de Warhammer 40K que hay en marcha en la asociación.

Por el Emperador!

El Honor de Macragge se encontraba en la órbita de Attila, en su interior habían sido convocados los generales del imperio, pero no todos acudieron a la llamada de Guilliman, el Comandate Jimeni “Deus autem nobiscum” decidió no asistir a la reunión.

Guilliman se encontraba frente a una gran vidriera, representaba su gran conquista del sistema de ultramar, a su lado estaba un hombre que vestía ropajes de monje. Este se acercó a Guilliman y le susurro varias palabras, en ese momento Guilliman se giró y se dirigió a los Comandantes ahí convocados.


- Me alegra que halláis acudido a mi llamada, la situación en Attila es crítica, aunque estamos frenando la invasión Orka el Caos está ganando terreno. Además no sabemos que ha traído a los Eldars a este planeta. Al principio creí que venían a ayudarnos a combatir el Caos pero tras un primer envite contra estos, se han dedicado a realizar ataques a varios puntos poco estratégicos del planeta.


- Mi señor – dijo Imanolix – quizás si no atacaseis las refinerías del planeta podríamos...
- ¡Que insinuáis Almirante!, ataque esas refinerías porque estaban infectadas por sirvientes del Caos.
- ¡Que el dios Emperador nos asista! Esas refinerías eran parte de las reservas del Almirante – La Canonesa Jhonatela alzo su pistola lanzallamas para incinerar al Almirante, esta fue detenida por Enekiel.
- No seáis tan rauda en administrar justicia como lo hicisteis conmigo.
- ¡Basta! - grito Antoine - estáis todos locos, el caos es el único enemigo y el no se encuentra aquí, veo que he sido un idiota al creer que acudiendo a esta reunión podríamos unirnos para destruir el Caos y los Xenos que invaden este planeta.

Antoine se giró y salio rápidamente de la sala. Guilliman le observo salir y un gesto de preocupación cubrió su rostro, - Quizás… Fue interrumpido por la figura del pequeño monje el cual volvió a susurrarle algo, Guilliman se irguió y dijo - Tienes razón.
- Mi señora Canonesa El Emperador no es un Dios, no volváis…
-¡¡Blasfemia!! Con gran rapidez Jhonatela se libró de Enekiel, ya con la pistola en la mano solo tenía que apretar el gatillo para administrar la justicia del emperador, pero antes de que pudiese hacer eso una energía apareció delante de ella y una figura gigantesca enfundada en una armadura de exterminador apareció de dicha energía. Guilliman reculo y se preparó para un ataque, este nunca llegó, al menos no hacia él.
 
Jimeni alzo su alabarda némesis y apunto al monje que se encontraba junto a Guilliman, el ropaje marrón cambio y relampagueo con los colores del arco iris, convirtiéndose en dos alas multicolor, sus manos eran dos garras, la cabeza era la de un buitre con ojos saltones.

- ¡Maldito seas Jimeni! - Guilliman dirigió su arma a la cabeza de la criatura y descargo todo su poder.